sábado, 28 de marzo de 2015
¿Querés saber cómo es la persona que te gusta?: cebale mate
Millones de emprendimientos amorosos fracasan por una cuestión medular: no saber de manera cabal con quién se mete uno al iniciar una relación. Es que nunca podemos conocer a la otra persona de modo integral. Por el contrario, buena parte de sus características esenciales aparecerán recién en plena interacción y no antes.
Sin embargo, el prestigioso centro de estudios chaqueño IASCOV (Instituto de Investigación de Asuntos Sociales Colaterales Vamoecí) acaba de difundir un nuevo trabajo científico en el que se afirma que es posible saber cómo es en lo más profundo de su personalidad el ser que nos atrae, y plantea para ello un método tan sencillo como eficaz: cebarle mate y ver cómo bebe la irreemplazable infusión criolla.
"El trabajo de investigación abarcó a 1.089 personas de Villa San Juan y 825 mugrientos de Villa Los Lirios", indicó el profesor Edgar Alberto Beniega, coordinador del estudio realizado por el IASCOV, institución académica que tiene sede en la primera de esas barriadas.
-¿Qué patrones se hallaron?
-Uno o dos nomás, la mayoría eran empleados en relación de dependencia más algunos desocupados y jubilados.
-Me refiero a los factores o categorías conductuales que encontraron al analizar los casos.
-Al contrastar las observaciones de las mateadas que formaron parte del experimento con los informes psicológicos de cada mateador, hallamos que a una determinada manera de tomar mate le corresponde un determinado perfil personal.
-¿Fue un estudio complejo?
-No particularmente. Por ahí hervía el agua nomás, pero son errores que están previstos en la planificación.
-¿Con qué marco teórico trabajaron?
-No, yerba Piporé nomás.
-¿Qué hipótesis utilizaron?
-Ninguna. Eso sí, le enchufamos algo de boldito.
Beniega entregó a Angaú Noticias una copia de las conclusiones de la investigación, en la que se realiza la siguiente clasificación, con la salvedad de que en todos los casos quien ceba el mate es la persona interesada en tener una historia con quien lo recibe y toma:
Recibe el mate, lo toma y lo devuelve con señales de moderada satisfacción. Persona de perfil pacífico y sociable. Privilegia la integración y el entendimiento, acomodando sus expectativas a esos objetivos. Alto grado de adaptabilidad, y por lo tanto muy funcional para la vida en pareja.
Recibe el mate, lo toma y al agotar el agua provoca un estridente sonido mediante una enérgica succión de los últimos restos de líquido que hay en la yerba. Personalidad compleja. Son personas de apariencia calma pero de reacciones intempestivas y prepotentes.
Suelen liberar impulsos instintivos y les gusta marcar su territorio. A veces lo hacen buscando dominar ciertos aspectos de la vida de sus parejas. A veces se conforman con mear distintos rincones de la casa en que conviven.
Recibe el mate, lo examina y utiliza la bombilla como si fuera una pala para remover la yerba y reestructurar todo el mate. Ser invasivo, de elevada autoestima, que generalmente tiende a actuar como un "jefe" o "líder de manada" en la relación.
Decidirá dónde vivir, cómo ambientar la casa, qué amigos de su pareja podrán ingresar al hogar y cuáles no, de qué lado de la cama dormirá cada uno y si el papel higiénico del baño saldrá por arriba del rollo o por debajo.
Discute durante los nueve meses de embarazo los nombres del hijo que viene, hasta acceder al deseo de la otra parte. Luego, en el Registro Civil, hará el trámite en soledad y le pondrá a la criatura los nombres de alguno de sus abuelos.
Recibe el mate y automáticamente retira los labios de la bombilla, exclamando "¡ay, está muy caliente!". El estudio discrimina esta categoría según el sexo. Si se trata de una mujer, señala que se está frente a una personalidad "sensible y frontal, a veces en exceso, pero siempre inclinada a verbalizar sus estados de ánimo y sus puntos de vista".
"Si fuera un hombre -plantea la investigación- tiene menos hormonas masculinas que Campanita".
Recibe el mate, en apariencia lo bebe pero lo devuelve con casi toda el agua que se le cebó. Ser de extrema falsedad e insidia. Menos fiable que desodorante en promoción 2x1.
"Generalmente -dice Beniega- son hombres y mujeres a los que, luego de décadas de relación, sus parejas les descubren que tienen familias paralelas con hijos que ya van a la universidad".
Recibe un mate amargo y lo devuelve diciendo que sólo toma dulce. Beniega es tajante: "Son los típicos pelotudos y pelotudas que no se bancan la más mínima contrariedad. Ideales para la etapa de enamoramiento, en que se muestran chispeantes y repletos de gestos románticos. Pero en la adversidad son más cagadores que Viviana Canosa tratando de salvar un laburo".
Recibe un mate dulce y lo devuelve diciendo que sólo toma amargo. Seres imbancables que para una solución siempre tienen dos problemas, asegura el informe. "No sólo que nunca ven la mitad del vaso que está llena, sino que ni siquiera ven el vaso", ratifica Beniega.
Toma el mate de a pequeños sorbos. El académico dice que "lo bueno de estas personas es que son neuróticos muy leves, en general muy atentos a los pequeños gestos y excelentes amantes".
"Lo malo -agrega- es que en caso de que se utilice un mate de dimensiones importantes, generalmente pasan veinte minutos entre que uno se lo ceba y lo recupera. Lo otro es que esa dedicación a los detalles hace que en las relaciones sexuales los 'juegos previos' duren entre cuarenta minutos y dos días y medio".
Toma el mate en un segundo mediante una succión violenta y rápida. Ansiosos irrefrenables. Habitualmente se trata -en los hombres, claro- de eyaculadores precoces. "En el caso de las mujeres, son las que todavía no fueron empomadas ni una vez y ya quieren hablar de la crianza de los hijos y del color del cielorraso de la habitación", anota Beniega, que recomienda esquivar por completo a este grupo.
Mira con detenimiento el contenido de la yerba antes de beber el primer mate, e incluso aparta sectores de yerba con un bolígrafo u otro elemento para que la revisión sea más completa. Desconfiados e inseguros, y por consiguiente inclinados a los celos enfermizos. Absolutamente no aptos para la vida en pareja. "Pero ideales para una jefatura de personal", indica el estudio.
Habla y habla sin terminar jamás de tomar el mate por completo. "Son personas de cualidades bondadosas -marca Beniega- pero insoportables por su tendencia a las disgresiones interminables, que suelen restarle atractivo al vínculo sentimental".
"Sin embargo -añade-, son muy convenientes para las personas de perfil tramposo, en el sentido de que suelen ignorar que son guampeados o guampeadas aunque se encuentren a su pareja en el pasillo teniendo sexo múltiple con tres hipopótamos fosforescentes".
Toman el mate sin terminar de tragar el bizcocho u otro farináceo ingerido segundos antes, por lo cual al hablar van escupiendo migas empapadas a sus interlocutores/as. Personas muy llanas y flexibles en las relaciones. Beniega recomienda vincularse con este tipo de seres, pero usando casco para motociclistas a la hora del mateo.
Hablan sin quitar la bombilla de la boca, e incluso mordiéndola. Peteros compulsivos. "Ni un puchero hecho en Asunción tiene tanta necesidad de mandioca como ellos", ilustra el investigador.
"No hay objeciones para ellos como parejas -aclara-, pero en zonas rurales en las que los vecinos más cercanos estén a 200 kilómetros".
Al recibir el mate, "limpia" el pico de la bombilla. Beniega afirma que en este caso es determinante ver con qué elemento se realiza el procedimiento.
"Si usa un cedazo, una servilleta o un pañuelo, se trata de personalidades tirando a garcas, para las cuales coger respirando fuerte ya es un acto de lujuria inaceptable -apunta-. Si usa los dedos, es alguien que antes hablaba con la bombilla en la boca pero dejó de hacerlo porque todos se daban cuenta de su condición de petenómano".
Se distrae e inclina el mate hasta derramar líquido y/o yerba sobre sí o sobre los objetos que están debajo. Personas erráticas, negligentes, capaces de provocar verdaderas tragedias por olvidarse un lanzallamas encendido en el ascensor de su edificio.
"No sirven para ni mierda", dictamina Beniega moviendo las manos como si fueran tijeras paralelas al piso. "Suelen ocupar cargos públicos", agrega.
Recibe un mate a 380 grados centígrados, lo succiona, lagrimea, deja los labios pegados en el metal, y con la boca en carne viva musita: "Está buenísimo". El amor incondicional. La persona de la que a usted le hablaron todos los poetas que leyó en su vida.
Dice "no, no tomo mate". ¡Pero andáaaaaaaa, forro/a de mierdaaaaa, quiénputatecreéquesóooooo!
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